Chica Maria Inesterra Peréz es mi madre. Ella
nació en Urasca, Costa
Rica. Urasca es un pueblo
muy pequeño en las montañas. Ella emigró de Costa Rica en 1992, el año antes de
que yo naciera. Cuando mi madre inmigró a
Honduras, conoció a su futuro esposo, mi padre. Ella se casó con mi
padre inmediatamente. Ella tenía 21 años cuando inmigró y se casó. Mi madre se hizo ciudadana de Honduras cuando se
casó con mi padre. Mi madre no tenía
trabajo porque estaba embarazada
conmigo y mi padre era granjero.
Mi madre le ayudaba a mi padre
con la granja antes de que yo naciera. Mi madre amaba Honduras y la vida que
ella tenía con mi padre era su
sueño. Pero, ella tenía retos, también. Ella echaba de menos la cultura costarricense de su juventud, pero su familia nueva en Honduras era su vida. Las costumbres de Honduras eran similares a las de Costa Rica y en los dos países, se habla
español, así que adaptarse a vida
en Honduras era sólo un reto muy pequeño en comparación con el reto de criarme.
¡Qué historia de inmigración más interesante, Francisca!... Gracias por tu entrada...
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