Mi casa de niñez era más pequeña que mi casa actual. Mi casa
era de madera y tenía pisos de tierra. La casa tenía cuatro cuartos. El cuarto
en la parte delantera de la casa era la cocina. Mi madre preparaba la comida
para la familia todo el día en la cocina, usualmente arroz, maíz, o frijoles.
Después, mi padre volvía del trabajo. Tenía las manos sucias porque trabajaba
muy duro en el maizal. En la cocina había una estufa, un refrigerador y una
mesa con sillas. Mi familia no tenía el dinero para comprar un lavaplatos ni un
microondas. Algunos de mis quehaceres domésticos eran poner y quitar la mesa y
lavar los platos.
En el segundo cuarto había la sala. La sala era pequeña con
sólo la alfombra que mi abuela había tejido, dos sillas, un sillón, una lámpara
y un escritorio. Cuando necesitaba estudiar para mis exámenes, usaba el
escritorio en la sala. Había dos cuartos frente a la sala: mi dormitorio y el
dormitorio de mis padres. Mi dormitorio era muy pequeño con sólo mi cama con un
edredón morado, una mesita de noche, un cuadro que había pintado durante mi
clase de arte y un clóset. Me gustaba arreglar mi dormitorio y hacer la cama
porque me encantaba organizarme.
El dormitorio de mis padres tenía una cama, una mesita de
noche, un ropero, una ventana con persiana y cortinas y un espejo en la pared.
El baño quedaba fuera de la casa al lado del patio. En el patio nosotros
lavábamos la ropa porque no teníamos lavador. Mi familia no tenía mucho dinero
cuando era joven, pero no necesitábamos mucho dinero para vivir una vida
feliz.
Hacía siete años que vivía en esa casa cuando yo decidí que
me marcharía para estudiar arte en la universidad. Ahora vivo en mi apartamento
en la universidad. A veces echo de menos mi casa de niñez. Dos años antes de
que naciera, mis padres compraron la casa de sus sueños, mi casa de niñez.
Ahora mi casa de niñez pertenece a un primo mío.
Por fin, sugiero que tú no necesites mucho dinero para vivir
una vida feliz. Por eso, mis padres aconsejan que no compre una casa grande
para impresionar a la gente; prefieren que yo compre una casa que sea perfecta
para mí. Insisto en que mis padres no hablen de comprar casas porque esto es
para el futuro lejano. ¡Necesito terminar la universidad primero!
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